¿Eres Visual, Auditivo o Kinestésico? Descubre qué es VAK y su relación con la oratoria

Hace seis meses tuve el placer de asistir al curso de «Oratoria con Programación Neurolingüística e Inteligencia Emocional nivel 1” de la Escuela Europea de Oratoria.

Sentí la necesidad de apuntarme a este curso porque creía que podría ser positivo para ayudarme con la presentación de mi proyecto de fin de máster, el cual tenía programado para pocas semanas después. Mi sorpresa llegó cuando descubrí que de aquel curso me llevaría mucho más que cuatro técnicas para hablar en público.

Esta formación estaba estructurada en dos días (viernes tarde y sábado completo) y Mónica Pérez de las Heras, Directora de la escuela y profesora titular de este curso, hizo un trabajo impecable aumentando progresivamente mi interés (y creo que el de los demás compañeros).

En este curso de Oratoria, PNL e Inteligencia emocional se intercalan recursos teóricos y audiovisuales con muchas actividades prácticas, lo cual te ayuda a ver el progreso que se produce tanto en ti mismo como en tus propios compañeros. Os puedo confirmar que este progreso es mucho más sorprendente de lo que imaginamos.

Uno de los conceptos explicados que más me llamó la atención y me gustaría compartir con vosotros es el Modelo VAK.

Modelo VAK

El Modelo VAK (creado por Richard Bandler y John Grinder) afirma que existen tres tipos de canales de percepción de la información y estilos de aprendizaje: Visuales, Auditivos, Kinestésicos. Cada persona tiene más desarrollado uno u otro de estos canales y en función de esto recibe y envía la información a los demás.

Personas Visuales:

Memoria fotográfica, piensan en imágenes, hablan con rapidez e inexactitud, prestan más atención a colores y figuras, postura rígida.

Personas Auditivas:

Recuerdan los sonidos, las voces y la música, como mejor se comunican es con la palabra, hablan a velocidad media, postura no rígida.

Personas Kinestésicas:

Atención a los sentidos, recuerdan sensaciones, son personas más cercanas y proclives a los gestos y el contacto físico, volumen de voz bajo y lento, postura distendida o relajada.

Desde que aprendí esta clasificación me analizo a mí misma, intentando averiguar cuándo utilizo más la dimensión visual, auditiva o kinestésica en mis percepciones o expresiones. Es importante intentar mantener un equilibrio de las mismas, aunque cada persona tenemos una clara tendencia a una de las tres (por lo visto estar equilibrados en este aspecto es algo tremendamente complicado).

Uno de los juegos que nos propuso Mónica es que atendiéramos a las expresiones que utilizamos y que utilizan los demás, a través de las mismas podemos intuir qué dimensión tenemos y tienen las personas de nuestro entorno más desarrollada.

Al hilo de la temática del blog, en la que intento siempre hacer referencia a la utilización del Lean y el Kaizen en el desarrollo personal, puedo afirmar que el tiempo que he invertido en asistir a este curso ha sido tiempo de calidad y que me ha aportado mucho valor. Creo que mi búsqueda de la mejora continua dio un gran salto aquel fin de semana y estoy segura de que volveré a realizar otro curso en cuanto me sea posible.

No me gustaría terminar el artículo sin mencionar otro de los grandes tesoros que me llevé de esta formación: las personas. Los compañeros de este curso hicimos un bonito equipo, ayudándonos y motivándonos mutuamente. Creo que sin ellos no habría sido lo mismo.

Y hoy me despido con un consejo de mi cosecha: busca y reconoce tus debilidades, la mejora continua comienza con la humildad de saber admitir que queda mucho por hacer.

(Fuente imagen: https://pixabay.com/)

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