Vacaciones para la gran mayoría de las personas es sinónimo de descanso, diversión y desconexión, pero todos sabemos que hay ciertos trabajos, así como ciertos puestos de responsabilidad en los que no es posible desconectar del todo, por lo que las vacaciones, finalmente, se convierten en una extraña mezcla entre ocio y trabajo.
Son muchas las razones que argumentan lo positivo de tomarse unas vacaciones de verdadera desconexión, pero en este artículo me voy a centrar en explicar por qué desconectar del trabajo en vacaciones sigue los principios Kaizen.
¿Qué es Kaizen?
Recordemos… ¿qué significa Kaizen? Traducimos esta palabra japonesa como “mejora continua”, su filosofía se aplica en el ámbito empresarial con el fin de mejorar los procesos y sus principios podemos agruparlos de la siguiente manera:
- Eliminación del despilfarro.
- Importancia de las personas y las relaciones.
- Buen mantenimiento de las instalaciones.
- Estandarización de los procesos.
En el artículo Kaizen o mejora continua ¿Aprovechamos bien nuestro tiempo? realizábamos un análisis de estos principios, poniendo en relieve los beneficios que podemos obtener si los aplicamos en el ámbito personal. Bien, a continuación vamos a ver cómo estos mismos principios pueden demostrarnos por qué trabajar en vacaciones no es positivo.
¿Por qué trabajar en vacaciones no contribuye a la mejora continua?
Eliminación del despilfarro
La eliminación del despilfarro (tiempos muertos, procesamientos incorrectos transportes innecesarios, duplicaciones, reprocesamientos…) es una de las principales máximas del Kaizen.
Trabajar en vacaciones aumenta exponencialmente la probabilidad de cometer errores. Tengamos en cuenta que no estamos en nuestro lugar habitual de trabajo, no tenemos nuestro material a mano, las mismas herramientas, la misma accesibilidad a documentos necesarios… por lo que la calidad con la que trabajamos, generalmente, no es la misma. Además, probablemente existan innumerables distracciones externas que puedan contribuir a que cometamos errores (los niños revoloteando, la televisión puesta, la familia requiriendo tu atención…).
Evidentemente se producirán interrupciones, que conllevan tener que retomar el trabajo en otro momento, lo que produce tiempos muertos y seguramente muchos reprocesamientos. En realidad, se despilfarra bastante tiempo y recursos, aunque no seamos conscientes de ello.
Importancia de las personas y las relaciones.
Kaizen supone poner el foco en las personas, en el cliente, en los empleados. Seguir la filosofía Kaizen implica no descuidar las relaciones, priorizar a las personas de nuestro entorno y tener en cuenta sus necesidades.
Cuando estamos de vacaciones, normalmente, aprovechamos para pasar tiempo con la familia y con los amigos. Si hemos elegido pasar unas vacaciones a su lado, ellos deben ser nuestro foco. Ese tiempo que pasamos con ellos debe ser de calidad, estar únicamente al 50% por estar atendiendo al trabajo no ayuda a las relaciones personales (recordemos que las vacaciones son solo un 5-10% del año: intentemos disfrutar de ellas).
Buen mantenimiento de las instalaciones
El tercer bloque de principios Kaizen hace referencia a que el lugar de trabajo debe encontrarse en condiciones óptimas para que los procesos se desarrollen correctamente.
¿Cuáles son esas instalaciones que necesitan unas buenas vacaciones para mantenerse en óptimas condiciones? Nuestro cuerpo. Las vacaciones son importantes para la salud. El cuerpo necesita descansar para coger fuerzas y recargarse de energía. No desconectar nunca del trabajo agota tanto física como psicológicamente y eso, a la larga, no es productivo. Es como utilizar una maquinaria constantemente sin realizar un correcto mantenimiento ¿cuál es la consecuencia? se estropeará antes.
Estandarización de los procesos
Estandarizar los procesos para disminuir el índice de errores y optimizar el tiempo es otro de los principios Kaizen muy relacionado con la eliminación del despilfarro.
Desde luego, es complicado estandarizar nada cuando estamos de vacaciones y al mismo tiempo tenemos que trabajar. En realidad, no estamos ni a una cosa ni a otra. Interrumpimos los momentos de ocio para atender una llamada de trabajo o interrumpimos ese momento de trabajo en el que estamos concentrados porque hay que bajar a la piscina con el niño. Como dice un sabio refrán “quien mucho abarca poco aprieta”.
Aunque la teoría dice que lo ideal es trabajar en el trabajo y descansar en vacaciones, la práctica es mucho más complicada. No siempre tenemos opción de elegir, cada trabajo es un mundo y sólo uno mismo sabe la situación personal/profesional en la que se encuentra. Lo que sí podemos hacer es establecer unas prioridades, de manera que podamos diferenciar cuándo algo es totalmente necesario o fruto de la desorganización.
En realidad nadie debería ser tan imprescindible como para no poder desconectar en vacaciones, toda organización debería estar preparada para seguir adelante en ausencia de alguno de sus integrantes sin que sus procesos se vean afectados. Esa es la dirección en la que se debe trabajar tanto a nivel de dirección, no haciendo imprescindible a nadie y proveyendo de medios; como a nivel individual, aprendiendo a delegar y compartiendo conocimiento con los demás.
¡Felices vacaciones!
(Fuente imagen: https://pixabay.com/)