Jidoka y la importancia de corregir errores

¿Alguna vez os habéis visto en una situación complicada por no haber parado o corregido las cosas a tiempo? La típica situación en la que te preguntas por qué no te habrás dado cuenta antes y así habrías podido evitarlo. O peor aún, cuando sí te habías dado cuenta de que algo no iba bien, pero no hiciste nada por evitarlo.

Detectar los errores a tiempo para poder corregirlos antes de que se conviertan en males mayores parece algo tan lógico que cuesta creer que no actuemos así por defecto. Sin embargo, no es nada raro que las personas tengamos comportamientos como ignorar un dolor o síntoma de enfermedad evitando ir al médico o no aclarar a tiempo un malentendido con un amigo, por ejemplo.

El Principio 5 del Toyota Production System (TPS) hace referencia al concepto de Jidoka, que trata precisamente sobre esto, pero aplicado a la producción:

Cree una cultura de parar a fin de resolver los problemas, para lograr una buena calidad a la primera (jidoka)”

Jidoka

Esta palabra japonesa se traduce como “automatización con un toque humano” y consiste en que las máquinas implicadas en el proceso de producción, que funcionan automáticamente, se detienen cuando detectan un error o defecto, de manera que se pueda poner solución al mismo, con el fin de no arrastrar el elemento defectuoso hasta el final del proceso de producción.

Jidoka es una de las bases del TPS y surgió, junto al resto de principios de este sistema, en contraposición al tradicional modelo de producción en masa, en el que se realizaban controles puntuales de calidad habitualmente al final del proceso (o en un punto intermedio).

Realizar este tipo de controles puede ayudar a detectar un elemento defectuoso en la producción, pero no con el fin de poner solución al mismo, sino para retirarlo de la producción final. Es decir, en lugar de solucionar el problema cuando ocurre y continuar con el proceso como se haría siguiendo el principio Jidoka, el sistema tradicional espera a detectar si hay algún defecto en un control de calidad programado, empleando recursos (tiempo, materiales, máquinas) en piezas o productos que ya tienen un defecto y que van a tener que ser desechados o, peor, que no se desechan porque “escapan” a ese control y llegan defectuosos al cliente final.

El TPS y su modelo de producción Just in Time y Jidoka intenta evitar la generación de desperdicio. Se trata de no arrastrar errores que nos impidan tener un resultado óptimo porque, no nos engañemos, cometer un error y no corregirlo es cometer otro error.

Jidoka en nuestro día a día

Parece “relativamente” sencillo poder aplicar este modelo en el ámbito de la producción, siempre que se diseñe un buen sistema que permita detectar y corregir los errores en el momento que se producen. Otra cosa es ser capaces de aplicar este principio en el ámbito personal, en nuestra forma de actuar y relacionarnos con el mundo.

El ser humano es precisamente eso: humano. Es voluble, impredecible, imperfecto… Nos movemos por una gran variedad de motivaciones que hacen que a veces erremos. Y, en cierto modo, mejor que sea así, porque si todos fuéramos 100% racionales, predecibles y programables la vida sería bastante aburrida, ¿no creéis?

No obstante lo anterior, también hay que admitir que el ser humano no es totalmente incontrolable ni se mueve únicamente por impulsos. Tenemos cierta capacidad de control y somos capaces de razonar los pros y contras de nuestras decisiones. Por tanto, ¿por qué no intentar aplicar un poco de Jidoka en nuestro día a día?

Cómo podemos hacerlo

  • Escuchando esa vocecilla interior que a veces nos dice que algo no va bien. Vocecilla interior, intuición, conciencia… sabéis a qué me refiero. Son pequeñas señales que a veces ignoramos voluntariamente.
  • Tomando la iniciativa y analizando lo que estamos haciendo. No siempre nos va a avisar la vocecilla, a veces es mejor tomarse un tiempo para reflexionar y pensar si el camino que estamos siguiendo nos lleva al destino que queremos o hay algo que debemos corregir.

Y es que, como dice un popular refrán “Si te caes siete veces, levántate ocho”. Hay que saber admitir errores para poder sobreponerse, corregir y mejorar.

(Fuente imagen: https://pixabay.com/)

Jidoka y la importancia de corregir errores

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll hacia arriba